El impuesto de circulación, o como técnicamente es conocido, el “impuesto sobre vehículos de tracción mecánica” es el impuesto que todos los conductores están obligados a pagar una vez al año. El pago de este impuesto es obligatorio exceptuando los casos que más adelante expondremos.
En ocasiones, podemos confundir el impuesto de circulación con el impuesto de matriculación. La diferencia entre ambos, es que el impuesto de matriculación lo pagamos una única vez al adquirir el vehículo (siempre y cuando sea nuevo), mientras que el impuesto de circulación se paga año a año. En el momento de la compra de un nuevo vehículo, tendrás la obligación de pagar ambos impuestos a la vez.
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¿Quién paga el impuesto de circulación?
El impuesto de circulación lo debe de pagar el propietario del vehículo, es decir, la persona que conste como propietaria del vehículo en los papeles del mismo, independientemente de si esta es una persona física o jurídica. En el momento de adquirir un coche de segunda mano, el vendedor deberá de aportar el justificante de pago del impuesto de circulación y una vez que este caduque (después de un año de haberlo pagado), el nuevo propietario deberá de hacerse cargo de abonar el pago del impuesto de circulación.
Vehículos exentos del pago del impuesto de circulación
Como hemos comentado anteriormente, hay vehículos que están exentos de realizar el pago del impuesto de circulación, ya sea por sus características o su antigüedad. Los vehículos que no tienen la obligación de pagar el impuesto de circulación son:
- Vehículos destinados al transporte público de viajeros que tengan más de 9 plazas.
- Tractores, remolques, semiremolques y otros vehículos especiales destinados a la inspección agraria
- Ambulancias y otros vehículos de transporte de enfermos.
- Vehículos con matrículas diplomáticas
- Vehículos históricos
- Vehículos de coleccionista
- Vehículos adaptados para personas con movilidad reducida, tanto si estos están a su nombre como si se han adaptado para transportarles.
Si tu vehículo no cumple alguna de estas características, deberás de realizar el pago del impuesto de circulación.
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¿Donde se realiza el pago del impuesto de circulación?
El impuesto de circulación de un vehículo es un impuesto municipal, lo que quiere decir que este se debe de abonar en el ayuntamiento de la localidad donde esté registrado el propietario del vehículo.
Normalmente, todos los ayuntamientos suelen dar varias opciones por las cuales realizar el pago del impuesto de circulación, la más cómoda es la domiciliación del pago para que no se nos olvide nunca abonarlo. Otra opción es esperar a que te llegue la carta en la que te indica que debes de renovar el impuesto y abonarlo en el banco que se te indique o en el propio ayuntamiento, siempre dentro del plazo establecido claro.
El impuesto tiene validez desde el día 1 de enero hasta el día 31 de diciembre, y suele ser habitual que el cargo del mismo sea el último trimestre del año aunque en cada ayuntamiento se hace de una manera distinta.
Como curiosidad, se estima que el pago del impuesto de circulación aporta a las arcas de los municipios españoles 2.000 millones de euros al año de media. Evidentemente cada conductor abonará la cuota correspondiente dependiendo de las características del vehículo que tenga a su nombre.
¿Cuanto cuesta el impuesto de circulación?
Todos los ayuntamientos deberían de tener de manera pública su reglamento sobre vehículos en el que puedes encontrar toda la información al respecto. No hay una regla matemática por la que calcular el impuesto de circulación, ya que en cada ayuntamiento el precio cambia. Por poner un ejemplo, el impuesto de circulación de San Sebastian es el más caro de España, mientras que el de Melilla es 5 veces inferior al de San Sebastian.
Por lo general, las provincias más baratas en lo que a impuesto de circulación se refiere son:
- Cáceres
- Melilla
- Ceuta
- Soria
- Jaén
- Badajoz
- Pamplona
- Zamora
- Palencia
- Pontevedra
Las provincias más caras son:
- Madrid
- Barcelona
- Valencia
La potencia del vehículo influye en el pago del impuesto, a mayor potencia, más caro será el impuesto de circulación. Es un cálculo en el que influyen los siguientes factores:
- Tamaño del motor (cilindrada)
- Caballos de potencia
- Kilovatios
- Emisiones de CO2
- Peso
También dependiendo del tipo de vehículo del que se tenga puede que el pago del impuesto esté bonificado, por ejemplo, los vehículos eléctricos, híbridos o enchufables tienen bonificaciones de hasta un 75% en el impuesto de circulación.
¿Qué pasa si no pago el impuesto de circulación?
Circular sin el impuesto de circulación en vigor puede acarrearte varios problemas. El primero es que si no lo pagas, este se va acumulando, con lo que cuando lo vayas a pagar pagarás el del año en curso y todos los que no hubieras pagados hasta el momento. Además, te arriesgas a recibir una multa de tráfico, por lo que no recomendamos no realizar el pago ya que el no pagarlo finalmente puede salir caro.